
Carina Ivascov, la Peronista sin sello: la libertad avanza… pero sólo si sos del grupo de WhatsApp correcto
Edición especial: “La libertad avanza, pero sólo para los amigos”
En un país donde hasta los sellos partidarios parecen tener dueño, Carina Ivascov se planta con el temple de quien ya entendió que los poderosos no soportan una mujer con carácter y convicción propia.
Hasta ayer era la “dama de hierro” del peronismo con perfume popular y discurso firme. Hoy, el círculo libertario de Javier Milei le cerró las puertas del juego político, le cambió la cerradura y, de yapa, le pidió entrada VIP para volver a tocar el timbre.
Porque, al parecer, el partido La Libertad Avanza avanza… pero sobre sus propios militantes.
Ivascov quiso competir como diputada nacional por la lista 1008, y la respuesta fue digna de un manual de cinismo institucional:
> “La libertad sí… pero la nuestra.”
Fuentes del inframundo político aseguran que un apoderado del espacio le habría pedido una “contribución voluntaria” de 50 mil dólares para dejarla participar.
Nada más liberal que privatizar la democracia, ¿no?
Mientras Milei declama libertad a los gritos y rompe padrones como si fueran cadenas, Ivascov denuncia violencia política, discriminación y persecución partidaria. En su entorno cuentan que incluso le ofrecieron volver al redil, pero solo si se arrodillaba y aceptaba sello nuevo, edición 2025.
Desde la Rosada, silencio absoluto.
Aunque, según testigos, el Presidente se limitó a vociferar su ya clásica arenga:
> “¡Viva la libertad, carajo!”
mientras tachaba otro nombre incómodo de la lista.
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️ En resumen:
Carina sin sello: la Cenicienta peronista que no se dejó pisar el vestido.
Milei: colecciona sellos políticos como figuritas del Panini —y cambia de aliados más rápido que de corbata.
Lista 1008: el nuevo laberinto de Kafka, edición libertaria.