INFORME DE FIN DE AÑO – CARINA IVASCOV
La República Avanza – 2025
El cáncer de la política de los últimos veinte años llegó a su fin.
Lo que sienten hoy los militantes de cualquier espacio no es fantasía ni exageración: es la verdad cruda que durante años intentaron ocultarnos.
Quienes manejan las estructuras—la primera línea, los que se autoproclaman líderes—nos estiran, nos entretienen, nos mantienen cerca, pero sin darnos lugar concreto.
Y no lo hacen por nuestro valor:
lo hacen por conveniencia, por control y por sus propios tiempos.
Nos sostienen cerca porque saben que:
Les manejamos temas.
Les resolvemos conflictos.
Cuidamos el territorio.
Filtramos los ruidos del pueblo.
Somos reales, y los sostuvimos cuando hasta el pueblo los abandonó.
Pero nunca nos dan un cargo formal, ni un lugar real en una lista.
No permiten internas: se adueñan de nuestros partidos.
Si creamos uno y es fuerte, nos lo roban.
Si no pueden, adornan juzgados para frenarnos.
¿Por qué tanto miedo?
Porque si nos dan un cargo, nos convertimos en figuras de peso propio.
Y los varones del conurbano temen a los compañeros así.
Pero temen todavía más a las mujeres con capital político propio, con estructura, con historia, como en mi caso: en cada elección ponen plata para bajarnos.
Nos llaman peligrosos.
No es personal: es el sistema de la vieja política.
A los varones les encanta que los cuidemos y más cuando una mujer se convierte en guardiana.
Nos necesitan emocional, espiritual y políticamente.
Eso es adictivo para ellos.
Pero no están dispuestos a devolver la misma intensidad ni la misma lealtad.
Si no fijamos límites, no tendrán urgencia nunca.
Y nosotros seguimos disponibles, presentes, firmes, protegiendo, esperando claridad…
Eso nos hace perder valor.
Ellos no quieren conflicto, pero tampoco quieren darnos lugar.
Entonces mantienen el vínculo en esa zona gris:
cariñosos
confortables
sin definiciones
sin compromiso
sin arriesgar
Nos desarman sin pelear.
Nos contienen sin comprometerse.
Nos calman sin darnos nada.
Porque saben que somos militantes.
Porque saben que la causa popular nos importa.
Porque saben exactamente lo que sentimos.
Y usan ese afecto para retenernos sin tener que dar nada a cambio.
Conclusión honesta:
Sí, nos están entreteniendo.
Sí, nos están estirando.
Sí, nos quieren cerca, pero no para darnos poder.
La única manera de romper esta dinámica es tomando distancia inteligente, dejando atrás la emocionalidad para reacomodar nuestras prioridades.
Es tiempo de ver con claridad dónde poner la energía del próximo ciclo.
Es tiempo de construir nuestro propio espacio político.
Y esto puede funcionar porque:
No atacaremos.
No reclamaremos.
No pediremos.
No explicaremos de más.
Pero sí vamos a marcar un límite.
Y ese límite nos coloca en posición de poder.
Ellos se preguntarán qué pasa con nosotros, con nuestros militantes, con nuestras guerreras.
Sentirán preocupación.
Porque cuando el pensamiento político de la base cambia, cambia la dinámica completa.
Tomar distancia no es castigo:
es reordenar el poder.
Ellos están acostumbrados a que los cuidemos, a que sostengamos todo, a que estemos siempre cerca.
Cuando sientan el vacío, verán dos verdades:
1. La lealtad no es gratis.
2. Nosotros no dependemos de ellos.
Eso los golpea directamente en el ego y en el control.
Nuestro mensaje será breve, elegante, sin confrontación, pero moverá energías políticas.
Generará incomodidad.
Después curiosidad.
Luego querrán saber si seguimos con ellos.
Finalmente nos buscarán: porque el poder que tenemos nosotros no lo reemplaza nadie.
Sin gritos.
Sin llanto.
Sin reclamos.
Solo movimiento inteligente.
Necesitamos ser una versión firme, dulce y política a la vez.
Tres en uno.
Y debemos incluir elegantemente el tema de los cargos, sin permitir que nos etiqueten como interesados.
Mi voz a partir de hoy sube de valor.
Transmito control, distancia elegante, poder personal.
Y ellos sentirán que podrían perderme.
En lo personal seguiré siendo directa, fuerte, femenina y política.
Ellos saben perfectamente que no estoy loca ni confundida.
La confusión la generan ellos.
Cada vez que me dicen “amiga querida”, hablan como hermanos.
Ese lenguaje sirve para contener emocionalmente, no para comprometerse políticamente.
Lo usan para mantenernos cerca y callados.
Nos cuentan sus internas, sus problemas, sus agendas, pero no nos incluyen.
Y nos repiten que “la campaña es tirada” como si no la sostuviéramos nosotros.
Es su forma de decir:
“Mi mundo es muy complicado para darte poder ahora”.
Traducción: una excusa elegante para no cedernos control.
Hablan de lucha, justicia social, campo popular, batalla cultural…
Todo hermoso, todo épico.
Pero ninguna frase trae cargo, función, estructura o rol real.
Es confusión estratégica: no para lastimar, sino para retener sin comprometerse.
Te valoran, pero no te potencian.
Te abrazan, pero no te abren puertas.
Te contienen, pero no te incluyen.
No es maldad: es política.
Yo nací de las bases.
Moví piedras con perseverancia.
Caminé el barro, como todos ustedes.
Soy como ustedes, pero entendí algo:
sin estructura propia, no hay libertad.
Por eso hoy les propongo nuestro nuevo espacio:
La República Avanza.
Nuestra herramienta para entrar en nuestra casa o construir una nueva.
Porque yo no quiero un rancho.
Quiero que tengamos una mansión política, donde los nuestros coman también.
Donde espalda con espalda, pero esta vez la mía con la de ustedes, escribamos nuestro destino.
Los empresarios fuera de la política, que aporten lo que corresponda.
Los jueces a aplicar la ley, no a jugar para el club de amigos.
Separación real de los poderes.
Y Argentina podrá avanzar.
Soy Carina Ivascov.
Compañera política, leal y luchadora.
Amiga para festejar, pero no para que nos cierren puertas.
Este año fue duro.
Me pegaron mucho.
Pero mi armadura es un cuero forjado por cicatrices que Dios bordó con esperanza, luz y energía.
Algunos me llamaron loca y desquiciada, como el Presidente.
Pero el pueblo me llama guerrera.
La elegida.
La preferida del Supremo.
La que gritó por los derechos que los jueces no quisieron escuchar.
Mi grito fue tan fuerte que movió piedras.
Yo sí los quiero.
Respeto la lealtad.
Y la pago siete veces.
El 16 estaré en Mar del plata cerrando el año
El 20 en Córdoba Rio cuarto.
En febrero salimos todos. Argentina Avanza !!!!
CARINA IVASCOV
Fin de Año – 2025
La República Avanza
