UN ADIÓS CON GUSTO A GRIETA!!!

El funeral de Diego Maradona en la Casa Rosada exhibió la distancia política entre Alberto Fernández y CFK

Funeral de Maradona

El Presidente y la vicepresidente compartieron apenas quince minutos con la familia del ídolo popular en la capilla ardiente de Balcarce 50 y después se ignoraron ante un puñado de influyentes testigos que integran el Gobierno del Frente de Todos.

Ni el mínimo gesto de simulación política montado en un café compartido en el primer piso de la Casa Rosada sirvió para aplacar las versiones de un distanciamiento que ya no es un secreto de Estado.

Alberto Fernández conoció temprano que Cristina Fernández de Kirchner llegaría para rendir su tributo personal a Diego Armando Maradona, y optó por evitar cualquier gesto formal que permitiera esterilizar las versiones de distanciamiento entre los socios principales del Frente de Todos.

La vicepresidente tampoco se esmeró para mantener las formas y después del homenaje al ídolo popular se refugió entre los suyos y se olvidó del Presidente.

Cuando se utiliza todo para hacer política incluida la muerte, se agudizan los extremos, avizorando los verdaderos problemas internos que el gobierno tiene, reflejando hacia afuera la debilidad del gobierno de Alberto Fernández.

Esto conlleva a la falta de organización y orquestación de sus funcionarios, quedando en evidencia la falta de gestión en varios aspectos como lo económico, político y de seguridad, generando una incertidumbre que es contagiosa y ocasionando revuelo en la sociedad incluido sus propios adeptos.

La vicepresidente saludó cálida y contenida y luego ocupó el centro de la escena política. Había adelantado que deseaba estar sola frente al ataúd y cumplió con el rito que pensó antes de llegar a la Casa Rosada.

Cristina Fernández ante el ataúd de Maradona en la capilla ardiente de la Casa Rosada

Su foto con el féretro de Maradona fue distribuida inmediatamente por la prensa de la vicepresidente de la Nación.

Cristina Fernández de Kirchner estuvo en las oficinas de Eduardo “Wado” de Pedro cuando iniciaron los incidentes en el Patio de las Palmeras de la Casa Rosada. La vicepresidente había acordado tomar un café con el ministro del Interior y hacia allí fue cuando terminó su participación en el funeral de Diego Armando Maradona.

Alberto Fernández no fue invitado al despacho de “Wado” de Pedro, aunque en el staff presidencial ya se sabía que la vicepresidente haría escala allí antes de partir a la sesión de la Cámara de Senadores. Y no hubo un solo gesto para forzar una reunión que al menos hubiera guardado las formas institucionales.

Cuando CFK abandonó Balcarce 50, el jefe de Estado enfrentaba a la gente que pretendía ingresar a la capilla ardiente de Maradona. “Necesitamos que se ordenen y van a pasar”, pidió Alberto Fernández a la muchedumbre que no entendía por qué el funeral debía concluir a las cuatro de la tarde.

Las hijas de Maradona estaban inflexibles y no querían prorrogar el velatorio. Alberto Fernández habló con Claudia Villafañe y la convenció. Pero falló la comunicación, y en la calle nadie se enteró de que todo se había extendido hasta las siete de la tarde. En ese momento, el caos sobre la 9 de Julio y la irrupción de cientos de personas en Balcarce 50 habían transformado en una hecatombe política al tributo popular.

“Wado” de Pedro acusó a Horacio Rodríguez Larreta de ejecutar una represión ilegal en las calles de Buenos Aires. Diego Santilli, vicejefe de Gobierno, contraatacó: “De Pedro politizó uno de los días más tristes para los argentinos”. obviamente se refería a que la seguridad estaba a cargo de la Presidencia y no de la Ciudad.

En las redes sociales que ya venían recalentadas desde el día anterior no se hizo esperar ni un segundo, el mundo observaba cómo la gente ingresaba a la casa de Gobierno de forma desmadrada, una puesta en escena que da vergüenza realmente a nivel Internacional.

El tiempo transcurre y el gobierno una vez más hace agua en aspectos muy importantes como la pandemia, la economía y la seguridad, cada una de éstas agiganta la grieta entre la oposición con el gobierno y también dentro de el oficialismo.

Alejandro Martín para La Republicana. com.ar