Llego a su casa de verano y la encontró usurpada y pintada de rojo.
Cuando Viviana Villena llegó con sus hijos en enero a su casa de veraneo en Cariló no podía creer lo que veía. Lo primero que le llamó la atención fue la camioneta blanca que estaba estacionada en la puerta. Pero su sorpresa fue más grande aún cuando intentó entrar y se encontró con dos personas que aseguraban tener un contrato de alquiler por dos años.
Tras intentar sin éxito explicarles que ella era la verdadera propietaria de la casa, Viviana llamó a la policía. Los ocupantes se negaron a retirarse y le contestaron que tenía que hablar con su abogado.
Dado que los ocupantes tenían un contrato de alquiler -que era falso-, la policía se limitó a evitar que el conflicto se agrave. La mujer entonces fue hasta la Fiscalía Descentralizada N°5 y presentó una denuncia ante el fiscal Eduardo Elizarraga.
De regreso a Buenos Aires en busca de la documentación que acreditaba su titularidad pasó que no pudo regresar por meses debido a la prohibición de circulación debido a la pandemia.
Finalmente, la angustiante espera terminó a principio de noviembre cuando el gobierno bonaerense habilitó a los propietarios no residentes a viajar hasta sus casas de verano para prepararse para la temporada.
Como tiene todos los papeles correspondientes, Viviana no tuvo problemas para conseguir el permiso de circulación y emprendió el viaje hasta Cariló. Tal como sospechaba, la casa seguía usurpada pero ahora por otras personas. Incluso habían pintado el exterior de otro color, construyeron una cascada en una esquina e instalaron dos equipos de aire acondicionado en el frente de la propiedad.
Esta vez los usurpadores ya no tenían un contrato de alquiler trucho sino que habían falsificado una cesión de derecho de propiedad.
“Cuando llegamos estaba la pileta limpia, porque se ve que la habían estado usando, y había como 15 personas divirtiéndose y escuchando música”
En esta oportunidad, cuando quiso ingresar se encontró con una señora que aseguró ser la empleada de limpieza. También dijo que el verdadero dueño de la propiedad vivía en Mar del Plata. Viviana luego confirmaría que la supuesta empleada de limpieza tiene una camioneta Amarok a su nombre.
Mientras tanto, el fiscal Elizarraga no había avanzando con la denuncia. De hecho terminó por desestimarla ya que entendió que no había delito. Les indicó que continúen con su reclamo por la vía civil.
Desesperados por la inacción de la Justicia, los dueños de la casa comenzaron a investigar por su cuenta. Le pidieron a un jardinero amigo que tomara fotos de los vehículos estacionados en la puerta y así descubrieron que una camioneta era “melliza”. El vehículo original estaba radicado en la ciudad de Buenos Aires y se encontraba en Pilar. El que estaba en Cariló tenía la patente alterada y la numeración de la ventana limada.
El intendente Martín Yeza ya había denunciado al fiscal Elizarraga por su mal desempeño hace dos meses. Según explicó a Infobae el secretario de Seguridad de Pinamar, Lucas Ventoso, “el fiscal Elizarraga es un desastre, pero no solo con las usurpaciones sino también con los casos de abuso sexual, las estafas y otros delitos, es una persona que desestima todo”.
“La dueña se presentó en mi oficina con la denuncia que había hecho en enero y toda la documentación: escritura, la sociedad constitutiva propietaria del inmueble, el informe de dominio. Pero todo esto ya se lo habían presentado al fiscal en enero y no hizo nada”, agregó el secretario de Seguridad. Según pudieron determinar, todos los integrantes de la banda responsable de la usurpación y de la clonación de vehículos son oriundos de Mar del Plata.