CRISTINA KIRCHNER Y SU MUNDO.

La vicepresidenta vive peleada con todos, con la oposición en general, con los propios, con los medios y ahora con la justicia.

Cristina Fernández de Kirchner

Cristina está enojada con la Corte Suprema. Eso no es nuevo. Entonces difunde una carta, repite sus teorías conspirativas y amenaza.

¿para qué sirve todo eso? ¿es un desahogo? ¿una manifestación de impotencia? ¿las consecuencias de ese pataleo serán positivas o negativas para ella? ¿Y para el país?

La primera pregunta tiene una sola respuesta: la impunidad sobre ella y los suyos .

La segunda pregunta: cómo vicepresidente suena más a buscar apoyo interno para alinear su tropa que un simple desahogo.

La tercera si es correcta, algo debe estar sucediendo sobre sus causas que no puede evitar, por más recusaciones y biruletes jurídicos que sus abogados hacen para evadir a la justicia y pareciera no estar dando resultado.

En la cuarta pregunta se podría observar que tanta insistencia se estaría volviendo en contra sobre la opinión pública, y esto beneficiaría a Alberto Fernandez para degastarla políticamente.

Y la quinta pregunta es muy sencilla, solo beneficia a ella porque todo esto genera una incertidumbre enorme sobre la política y la economía rompiendo permanentemente las reglas de juego en este caso jurídico.

La nueva carta de la Vicepresidenta se produce la semana siguiente a un pronunciamiento de la Corte del cual, en realidad, la Corte no es culpable. El Alto Tribunal decidió, de manera unánime rechazar las apelaciónes de Amado Boudou su ex Vice predilecto .

Cabe recordar que durante nueve años, la causa donde Boudou era juzgado pasó por el despacho de un fiscal de primera instancia, de un juez, de un fiscal de cámara, de tres camaristas, de un fiscal de tribunal oral, de tres jueces de ese tribunal, de otro fiscal de una sala de casación y de tres jueces de casación y finalmente llegó a la Corte.

La carta de Cristina fue difundida una semana después de otra resolución judicial con la cual la Corte tiene aún menos relación. Esto es continuar con la causa de los cuadernos ya que fue Casación quien la convalidó.

Entonces, la carta de Cristina; ¿es contra la Corte o contra toda la Justicia de la democracia? ¿Quiere abolir un tribunal que siente hostil, o abolir la independencia del Poder Judicial, como lo sostuvo en una de las presentaciones de su libro Sinceramente, cuando dijo que esa independencia era una rémora de la revolución francesa, “de la época en que no existía la electricidad”?

El problema de Cristina Kirchner, en gran medida, es personal. Su Vicepresidente está condenado. Eso es cosa juzgada. Pero ella y sus hijos, además, están procesados. Un año después de haber ganado las elecciones, eso no debería ocurrir, según su criterio.

Como reflexión final hasta cuando los Argentinos estamos dispuestos a tolerar que un ciudadano pretenda tener más beneficio que otro, sea un Presidente o un plomero, claro este último, pobre no tiene los recursos del otro.

Alejandro Martín para LaREPUBLICANA.COM.AR